No tenemos que ir a la cima de una montaña para disfrutar de la paz y la serenidad. Para encontrar la paz, primero debemos acallar el ruido en nuestra mente.
Tecnología
No se te habrá escapado que la tecnología es la principal causa de distracción en nuestras vidas. Nos aporta comodidad, pero no viene sin una contrapartida, el ruido e incluso el caos pueden ser consecuencias directas de estas innovaciones.
Ambición
La ambición que podemos cultivar puede ser una de las razones que nos impide encontrar la paz. Al tratar de encontrar siempre algo que perseguir, nos alejamos inexorablemente del momento presente, que es donde residen la paz y la satisfacción.
La metáfora de los trapos sucios para encontrar la paz
La paz se consigue eliminando lo innecesario. Si quieres limpiar una sábana, quitas la suciedad y dejas sólo la propia sábana. La paz llega de la misma manera, ya está presente en ti, sólo tienes que deshacerte de las cosas que te impiden encontrarla. Encontrar la paz es mantener una visión esencialista de lo que nos rodea, es decir, saber distinguir y conformarse con lo esencial.
La elección del amor
Para combatir los pensamientos de odio o violencia que cultivas en tu interior, debes ser proactivo. Dado que la naturaleza aborrece el vacío, no puedes simplemente ahuyentar el odio y el ruido en tu mente, debes hacer una elección consciente de pensar y actuar con amor. Sólo así podrás vibrar a un nivel superior y convertirte en la mejor versión de ti mismo. No intentes devolver mal por mal, sino que intenta hacer un esfuerzo sobre ti mismo para superar el impulso de devolver la negatividad que recibes. Céntrate en los pensamientos amorosos, mejorarán tu relación con los demás. Por supuesto, esto no es algo que ocurra de la noche a la mañana. Sin embargo, hay un beneficio acumulativo del amor que inviertes, a la larga podrás cosechar las recompensas de esa actitud que has alimentado cada día. Si eliges el camino del amor, puedes trazar un curso significativamente diferente que si te hubieras dejado invadir por el odio.
La importancia del momento presente
Si es difícil vivir el momento presente, es porque hemos perdido los beneficios de la contemplación y nuestra capacidad de observar lo que nos rodea. El momento presente es lo suficientemente rico para la persona capacitada. El momento presente puede ser fuente de profunda alegría, pero hay que saber captar lo que ocurre en él.
Deja de dar importancia a los ojos de los demás
Al intentar complacer demasiado a los demás, perdemos de vista nuestras propias cualidades. En lugar de preguntar lo que los demás piensan de ti, es mejor que te hagas las siguientes preguntas: “¿Me gusto a mí mismo? “¿Disfruto pasando tiempo conmigo mismo?” Si respondes afirmativamente a estas dos preguntas, no tienes que avergonzarte de quién eres, los ojos de los demás no importan tanto. Recuerda que sólo tú pasas el 100% del tiempo contigo mismo. Es mucho mejor actuar de forma que aumente tu autoestima en lugar de intentar complacer a los demás a toda costa. Muchas acciones aparentemente notables o espectaculares son, en realidad, un signo de autodestrucción o autodesprecio. No hagas nada que disminuya tu amor por ti mismo.
No tengas malas expectativas
Es normal tener expectativas sobre ciertas cosas. El problema surge cuando se tienen expectativas que no se ajustan a la realidad. Es mucho más sensato abandonar esas expectativas irreales que contaminan nuestra capacidad de disfrutar el momento presente. Por supuesto, a veces es difícil identificar qué es una expectativa poco realista. Esto requiere discernimiento, y es precisamente aumentando nuestra capacidad de vivir en el momento que podemos desarrollar esta cualidad.
El poder de la gratitud
A menudo olvidamos las bendiciones de las que disfrutamos. Como existe un mecanismo de ajuste psicológico, no nos sentimos realmente contentos con nuestra situación: acabamos por encontrarla normal. Esta actitud nos lleva a querer siempre lo que no tenemos y a descuidar lo que sí tenemos. Es lo que comúnmente se conoce como la gran ambición o la enfermedad del nunca satisfecho. Ser agradecido es simplemente reconocer y apreciar lo que tenemos para no perder nunca ese sentimiento y poder ser feliz en el aquí y ahora.